9/9/09

Conducción peligrosa


En la orilla de la carretera, el policía ve venir un coche que avanza a velocidad de peatón. Se sube en su patrulla y va en pos del infractor.

Cuando se acerca ve que hay cinco ancianas dentro, con los ojos bien abiertos y pálidas como fantasmas. La señora que va al volante, visiblemente confundida, le reprocha al agente:

"Oficial, no lo entiendo. Yo iba conduciendo exactamente a la velocidad permitida".

"Caramba, señora, conducir a una velocidad mucho más baja que el límite también puede ser peligroso".

"¡Pero, oficial, yo iba exactamente a la velocidad permitida: 22 kilómetros por hora!"

Tratando de contener la risa, el policía le explica que 22 no es el límite de velocidad sino el número de la carretera.
Un poco avergonzada, la dama sonríe y le agradece al policía haberla sacado de su error.

"Pero antes de dejarla ir, señora, dígame si todas están bien. Sus compañeras parecen estar muy asustadas y no han dicho palabra".

Restándole importancia al hecho, de inmediato, la señora responde:

"No se preocupe, pronto estarán bien: ¡Es que acabamos de salir de la carretera 190!"

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El que a hierro mata, a hierro muere


Un tio entra a un bar y dice:
-Me da un whisky?
-En seguida! Va el camarero, toma una botella de whisky escoses de 24 años y le empieza a servir.
-Pero que hace insensato! Se ha equivocado de botella, yo no puedo pagar ese whisky!
-Nada, nada, usted no se preocupe que hoy invita la casa.
-Perdone, pero usted no es el dueño, verdad?
-No, no, yo soy tan solo un camarero.
-Y el dueño donde esta?
-Arriba, con mi mujer.
-Y que hace con ella?
-Lo mismo que yo con su negocio.

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7/9/09

Todo vale


Un viejito quería hacer el amor, y se va a buscar a una prostituta para complacerse.
Ya en la habitación del motel y metidos en la cama, al viejo no se le paraba, así que en toda su desesperación le dice a la prostituta que lo espere un momento y se va al baño.
En la oscuridad busca en el botiquín algo que le pueda solucionar el problema y encuentra un pote de pomada.
Se la friega en el pene y siente que se le endurece devolviéndole el vigor juvenil.
El viejo vuelve a la cama y le hace el amor a la prostituta, quien a su vez queda muy satisfecha y sorprendida con el vigor del viejo.
Después de vestirse y antes de retirarse de la habitación, al viejo le entra curiosidad de saber que era lo que se había fregado en la pija.
Se levanta, va al baño, enciende la luz y busca la pomadita mágica que decía:
“POMADA PARA CALLOS:

¡endurece, seca, se pudre y se cae!”

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