29/3/07

Malvinas y sus destellos


A propósito de la próxima celebración en nuestro país de la guerra de Malvinas me dediqué a leer algo sobre el tema en la web, y me sorprendí por un articulo publicado en BBC mundo referido al origen de algunos ingleses, cosa curiosa serán descendientes de estos los que vinieron a las islas?
Algunos habitantes de Yorkshire, una serie de condados al norte de Inglaterra, que se jactan de su identidad británica bebiendo té y jugando al cricket, tendrían todo el derecho de incorporar la frase "somos africanos" en la definición de su propia forma de ser, aunque no de parecer.

Artículo publicado en

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_6294000/6294621.stm




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26/3/07

De copas


Mis Amigos
Un borracho llega a casa y grita:
- Maria preparate para tres polvitos.
Esta le responde:
- Amor, has llegado excitado?
- ¡¡¡No, con dos amigos!!!

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MUJERES


  1. Gritar furiosa y llorar desconsoladamente durante la misma discusión.
  2. Conquistar a un mujeriego para transformarlo en un hombre de familia.
  3. Dejar a ese reluciente hombre de familia para conquistar a otro mujeriego.
  4. En una cita, insistir en pagar la mitad de la cena y no volver a salir con él si acepta la oferta.
  5. En invierno, salir con una remera diminuta y pollerita y terminar envuelta en un sweater enorme y prestado que dice "Viaje de egresados 1998".
  6. Repetir incansablemente que sólo necesitás amor, comprensión y estabilidad, y sentir repulsión por un hombre bueno y simple que te manifiesta frontalmente su devoción.
  7. Comprar modernas prendas holgadas y llenas de cachivaches que sólo otra mujer puede apreciar.
  8. Ponerse a dieta terminal para ir a un casamiento y comer como una piraña fuera de control durante toda la fiesta.
  9. Seguir pretendiendo que los hombres puedan ver lo enojada o triste que estás sin haberles contado nada.
  10. Guardar rencor y bronca durante meses y estallar porque se derramó la sal.
  11. Analizar tu vida amorosa desglosando cada frase y cada actitud de tu pareja con tus amigas pero cortar una relación si la tarotista asegura que no es el indicado.
  12. Enamorarte de un hombre casado porque es incapaz de traicionar a su mujer.
  13. Despotricar cuando un hombre pesado e insistente te corteja, y perder la cordura cuando por fin deja de hacerlo.
  14. Catalogar a una amiga sexualmente hiperactiva como “una perdida” y a una más selectiva de perdedora o lesbiana encubierta.
  15. Comprar una remera de verano en noviembre sabiendo que en enero va a estar a mitad de precio.
  16. Dejar a un hombre porque ya no te gusta y que vuelva a gustarte cuando él encuentra a otra.
  17. Ponerte ropa nueva para una cita sabiendo que un viejo vestido negro te queda mucho mejor.
  18. Hacerte la permante si tu pelo es lacio, plancharlo si está enrulado o teñirlo de rubio si es oscuro.
  19. Insistir y esperar cuando la relación está acabada hace tiempo.
  20. Morir de amor por un hombre que cría sólo a sus hijos y sentir pena por una mujer que hace lo mismo.
  21. Decir que las modelos “son demasiado flacas” mientras te tambaleás por el cuarto día de ayuno.
  22. Declarar durante todo el año que celebrar el aniversario es una estupidez y enojarte con tu pareja cuando la fecha llega y se olvida.
  23. Seducir a un hombre sabiendo con seguridad que jamás vas a dejar que te toque un pelo.
  24. Negarte a dejar los dulces para bajar el colesterol pero hacer la dieta del arroz para usar un vestido.
  25. Creer en el horóscopo en las semanas que anuncia cosas buenas.
  26. Ir a una fiesta en stilettos y tirarlos debajo de la mesa luego de quince minutos para poder bailar.
  27. Hablar de dieta con una torta en la mano y hablar de tortas cuando estás a dieta.
  28. Quejarse de que la depilación es un hábito primitivo y gritar de asco cuando tu marido dice que dejes de hacerlo.
  29. Tomar sol al mediodía untada en aceite de cocina y comprar crema antiarrugas y gel para contorno de ojos.
  30. Declamar una y otra vez fuerte e independiente que sos y simular debilidad e indefensión cuando necesitás de un hombre.
  31. Decir que no querés nada para Navidad y secretamente esperar el regalo sorpresa.
  32. Remover esos aros divinos de tus inmensas orejas alérgicas, esperar dos o tres días y volver a usarlos.
  33. Decir que “lo importante es lo de adentro” cuando tenés un novio feo, y alegar que “la piel es todo” cuando conseguiste uno lindo.
  34. Creerle al mismo hombre cuando habías jurado no volver a hacerlo.
  35. Perseguir a tu pareja para que colabore en la cocina pero echarlo por inepto en cuanto empieza a ayudar.
  36. Espiar y acechar a las compañeras de oficina más vagas e ineptas para amargarte y sufrir.
  37. Probarse ropa durante toda una tarde y salir con el primer conjunto que elegiste.
  38. Arrancarte los pelos de piernas, axilas y cavado con cera caliente o una máquina eléctrica y llorar cuando te quebrás una uña.
  39. Abandonar a tu novio porque es celoso y sentirse fea y desamparada cuando no te celan.
  40. Ser capaz de dirigir una empresa de doscientos empleados, un país de treinta millones de habitantes o una familia de doce miembros pero llamar a tu mamá cuando te duele la muela.
  41. Dejar la ropa más nueva y linda para salir cuando en realidad pasás cuarenta y ocho horas semanales en la oficina y tres o cuatro en una salida.
  42. Pellizcar bebés ajenos, pensar hasta el cansancio los nombres de tus futuros hijos, emocionarse con los embarazos de tus amigas y llorar desconsoladamente el primer día de atraso.
  43. Ir a una fiesta o reunión en la que está el hombre que te rompió el corazón.
  44. Preguntar si estás gorda para que te digan que estás flaca.
  45. Mirar comedias romáticas y melodramas al día siguiente de cortar con el amor de tu vida.
  46. Censurar a las amas de casa porque no tienen una carrera y a las que tienen una carrera porque la empleada doméstica cuida de sus hijos.
  47. Sentir discriminación si eligen a un hombre para tu puesto pero tener un derrame cerebral de ira si eligen a otra mujer.
  48. Llorar con los documentales de los animalitos de “Animal Planet” e hiperventilarse de excitación frente a una cartera de cuero.
  49. Considerar que a los sesenta años un hombre es joven, y una mujer una abuela.
  50. Bajar de peso, hacerte las uñas, broncearte y vestirte mejor cuando terminás una relación y engordar 20 kilos y ponerte el jogging, cuando empezás una.

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El Padre


Términos y condiciones para salir con mi hija

Condición uno:
Si entras en mi calle y pitas, será mejor que estés repartiendo un paquete, porque tan seguro como que existe el infierno, que no recogerás nada aquí.

Condición dos:
Tu no tocas a mi hija delante mio. Puedes mirarla, tanto como quieras, mientras no mires nada por debajo de su cuello. Si no puedes mantener tus ojos o tus manos lejos del cuerpo de mi hija, te los arrancaré.

Condición tres:
Estoy al tanto de que los chicos considerados como chicos modernos de tu edad, usan sus pantalones tan sueltos que parece que se les caigan de las caderas. Por favor, no tomes esto como un insulto, pero tú y tus amigos sois unos completos idiotas. Aún así, quiero ser justo y abierto de mente sobre este tema, así que te propongo un acuerdo: Puedes entrar por la puerta enseñando tu ropa interior y con tus pantalones diez tallas más grandes y no pondré ninguna objeción. Pero, para asegurarme de que tu ropa, en efecto, no se te saldrá durante el curso de la cita con mi hija, la aseguraré a tu cuerpo con una grapadora eléctrica.

Condición cuatro:
Estoy seguro de que te habrán dicho que en el mundo de hoy, practicar el sexo sin utilizar un "método barrera" de algún tipo, puede matarte. Déjame aclararte algo: cuando se refiere al sexo, yo soy la barrera, y ten por seguro que te mataré.

Condición cinco:
De cara a conocernos mejor, tú y yo deberíamos hablar de deportes, política u otros temas del día. Por favor, no hagas esto. La única información que necesito de ti está en la página uno de este formulario y una precisa indicación de a qué hora pretendes traer a mi hija sana y salva a casa... y la palabra clave que necesito oír de ti respecto a este tema es "TEMPRANO"

Condición seis:
No tengo ninguna duda de que eres un chico popular. Esto está bien, mientras mi hija diga que está bien. En caso contrario, una vez que hayas salido con mi hija, continuarás saliendo "sólo" con mi hija hasta que ella te deje. Si la haces llorar, yo también te haré llorar.

Condición siete:
Mientras esperas en mi recibidor, a que mi hija salga, y pasa más de una hora, no suspires ni te pongas nervioso. Si quieres llegar a tiempo al cine, no deberías quedar con mi hija. Mi hija se está maquillando. Un proceso que puede tomar más tiempo que pintar el Puente Golden Gate. En vez de estarte ahí de pie sin hacer nada, podrías hacer algo útil, como cortar mi césped o cambiarle el aceite a mi coche.

Condición ocho:
Los siguientes lugares no son adecuados para citarse con mi hija: lugares en los que haya camas, sofás o cualquier cosa más suave que un taburete de madera. Lugares en que no haya padres, policías o monjas a la vista. Lugares oscuros. Lugares donde la gente baile, se coja de las manos o se divierta. Lugares en que la temperatura ambiente sea lo suficientemente cálida como para inducir a mi hija a usar pantalones cortos, tops, camisetas cortas o cualquier otra cosa que no sean monos, sueters o una parka larga cerrada hasta el cuello. Deberán evitarse también las películas con escenas románticas muy intensas o con temas sexuales. Las películas en las que salgan sierras eléctricas están bien. Los partidos de hockey están bien. Ir a casa de viejos amigos, también está bien.

Condición nueve:
No me mientas. Puedo parecer barrigón, canoso, de mediana edad, un viejo imbécil. Pero en temas relacionados con mi hija, soy el Dios del Universo, sabelotodo, todo poderoso y sin piedad. Si te pregunto a dónde vais y con quién, tienes una sola oportunidad para decirme la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Tengo una escopeta, dos pistolas, una pala y cinco acres detrás de mi casa. No juegues conmigo.

Condición diez:
Ten miedo. Mucho miedo. Me cuesta muy poco confundir el sonido de tu coche en mi calle con el de un vietnamita corriendo hacia aquí con un hacha en la mano. Cuando mi Agente Naranja entra en acción, unas voces en mi cabeza frecuentemente me dicen que limpie mis armas y afile mis cuchillos mientras espero que traigas a mi hija a casa. Tan pronto como entres en mi calle, debes salir del coche con ambas manos a la vista. Di la contraseña para pasar el perímetro, anuncia en voz alta y clara que has traído a mi hija a casa sana y temprano. Después regresa a tu coche (No hay necesidad de que entres en casa) La cara camuflada en la ventana soy yo. No hagas caso del pequeño puntito rojo de luz que tienes en la frente.

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El perrito


ENANO
Cierta noche una pareja, que pasea a la luz de la Luna Llena, encuentra a un perro pequines.
Parece perdido y está lastimado.
Deciden llevárselo a casa para curarlo. El hombre se quita el cinturón y rodeando el cuello del perro, improvisa una correa.
Ya en la casa, la mujer se inclina para limpiar la herida del animal.
Al agacharse, deja descubierto un crucifijo que cuelga de su garganta.
El perro, al ver la cruz, se violenta, lanza mordiscos y corre por el departamento.
La única salida es una ventana abierta y el perro salta.
Están en un piso 13 pero el pequines no sabe que eso le traerá mala suerte.
La pareja queda impactada y evitan asomarse a la ventana.
A la mañana siguiente llaman a la puerta de la pareja.
Se trata de un policía, que les pregunta si escucharon algún ruido en la noche anterior.
Y agrega "encontramos un enano corriendo por la calle, en bolas y con un cinturón rodeándole el cuello".

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Las Mujeres y el Trabajo


EJECUTIVA


Una alta ejecutiva se hospedó en un hotel durante un viaje de trabajo, y al sentirse un poco sola, decidió llamar a una de esas " Agencias de acompañantes",que reparten propaganda a la salida de los aeropuertos.

Entre los papeles que tenía, encontró uno que ofrecía el servicio masculino, y que se llamaba "Super Erótico".Después de analizar con cuidado las fotografías, decidió llamar.

Levantó el teléfono y marcó el número que indicaba el folleto.- "¡Hola!", contestó un hombre con voz sensual.-

"Hola", dijo ella. "Hablo del Hotel Libertador, habitación 421.

Leí el folleto y veo que saben de masajes, y la verdad es que necesito que vengan a mi habitación y me den uno urgente... A decir verdad, necesito masajes relajantes, casi mimos...En realidad -se sinceró la mujer- ¡lo que quiero es sexo!.

Tengo ganas de tener una larga sesión de sexo salvaje.

Quiero hacerlo en la cama, en el suelo, en el balcón, en el pasillo, en la ducha. Quiero exhibirme, sentirme deseada, que un hombre de verdad me agarre y sepa lo atorranta que soy.¡¡Pero lo necesito ya!!Mándenme al más musculoso de todos, y si viene con otro, mejor todavía, porque quiero que la fiesta dure toda la noche.¿Le parece bien?"-

"La verdad que suena fantástico, señora..." dijo la voz, "pero, para hacer llamadas externas, primero necesita marcar el 9..."

Será así....

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