7/9/09

Todo vale


Un viejito quería hacer el amor, y se va a buscar a una prostituta para complacerse.
Ya en la habitación del motel y metidos en la cama, al viejo no se le paraba, así que en toda su desesperación le dice a la prostituta que lo espere un momento y se va al baño.
En la oscuridad busca en el botiquín algo que le pueda solucionar el problema y encuentra un pote de pomada.
Se la friega en el pene y siente que se le endurece devolviéndole el vigor juvenil.
El viejo vuelve a la cama y le hace el amor a la prostituta, quien a su vez queda muy satisfecha y sorprendida con el vigor del viejo.
Después de vestirse y antes de retirarse de la habitación, al viejo le entra curiosidad de saber que era lo que se había fregado en la pija.
Se levanta, va al baño, enciende la luz y busca la pomadita mágica que decía:
“POMADA PARA CALLOS:

¡endurece, seca, se pudre y se cae!”

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