12/11/07

La mujer de mi amigo


Dos parejas están jugando a las cartas. De repente, a Juan se le caen unas cartas al suelo.

Cuando se agacha para levantarlas, nota que la mujer de Pablo no está usando ropa interior.

Medio incómodo, Juan se golpea la cabeza con la mesa y se levanta con cierto rubor en el rostro.

Más tarde, Juan va a la cocina a buscar una cerveza y la mujer de Pablo lo sigue.

Le pregunta: ¿Viste algo interesante debajo de la mesa? Juan admite que sí, y ella continúa: ¡Puede ser tuyo, por sólo 500 pesos!

Juan piensa un minuto, y dice que está interesado.

Quedan en encontrarse el viernes siguiente a las 2 p.m., cuando Pablo estuviera en la oficina.

El viernes, Juan va a la casa de Pablo y, después de una sesión de sexo como hacía mucho tiempo no tenía, le paga a la mujer los 500 pesos acordados. Rato después llega Pablo y le pregunta a su mujer: ¿Juan estuvo aquí hoy a la tarde?

La mujer, a regañadientes y un tanto sorprendida, responde que sí.

¿Y él te dio 500 pesos? (Dios mío, él lo sabe), piensa ella.

Y finalmente dice: Sí, me los dio. ¡Ah, que bueno! -responde Pablo-, él pasó por mi oficina esta mañana y me pidió 500 pesos prestados.

Me dijo que me los devolvería ésta tarde al pasar por la casa, que te los dejaría a ti si yo no estaba.

¡Que buena gente es mi amigo Juan!




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