3/6/07

Legítima defensa


Durante el juicio: Abogado Defensor: ¿Cual es su edad?

Viejita Indefensa: Tengo 86 años.

Abogado Defensor: Podría decirnos, en sus propias palabras que fue lo que sucedió?

Viejita Indefensa: Alli yo estaba, sentada en la mesedora en el porche de mi casa en una agradable noche de primavera, cuando un joven se acercó y se sentó junto a mi.

Abogado Defensor: ¿Usted lo conocía?

Viejita Indefensa: No, pero el se mostró bastante amigable.

Abogado Defensor: ¿Que sucedió despues de que él se sentó?

Viejita Indefensa: El comenzó a acariciar mis piernas.

Abogado Defensor: ¿Usted lo detuvo?

Viejita Indefensa: No, yo no lo detuve.

Abogado Defensor: ¿Por qué?

Viejita Indefensa: Se sentía muy bien, nadie me había hecho eso desde que mi esposo murió hace 30 años.

Abogado Defensor: ¿Qué sucedio después?

Viejita Indefensa: El comenzó a acariciarme mis senos.

Abogado Defensor: ¿Usted lo detuvo entonces?

Viejita Indefensa: No, yo no lo detuve.

Abogado Defensor: ¿Por qué?

Viejita Indefensa: Bueno, señor Juez, sus caricias me hicieron sentir viva y excitada.

No me había sentido así en muchos años.

Abogado Defensor: ¿Qué sucedió después?

Viejita Indefensa: Bueno yo me estaba sintiendo tan caliente y excitada que simplemente abrí mis piernas y le dije: hazme tuya jovencito, tómame, hazme el amor.

Abogado Defensor: Entonces, ¿él la tomó?

Viejita Indefensa: No. El sólo gritó "Dia de los Inocentes" y fue allí cuando le dispare al desgraciado.

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